Sin asbesto es mas rico

Bogotá, mayo 10 de 2019.

CARTA ABIERTA DE (POQUÍSIMOS) ARTISTAS E INTEGRANTES DEL CAMPO ARTÍSTICO LOCAL SOBRE LA LEY DE PROHIBICIÓN DEL ASBESTO EN COLOMBIA

Como los bancos y las multinacionales, la comunidad artística necesita dinero para hacer su trabajo. Generalmente, como los bancos y las multinacionales, muchísimo y durante demasiado tiempo. Desde esta perspectiva, bancos, multinacionales y artistas venimos a ser lo mismo: sujetos eternamente condicionados por la obtención de recursos. Y eso está bien, parecen decirnos nuestros más avezados –y resignados– dirigentes: “así son las cosas y si no les gusta, bien puedan cambiar de sistema económico, o de mundo”.

Perfecto, pero quienes hacemos arte o trabajamos en el campo del arte, nos enfrentamos a un problema cuando comenzamos a saber de dónde ha salido el dinero que nos ha permitido hacer nuestras geniales obras e investigaciones. Por ejemplo, cuando nos enteramos de que, quien nos compraba nuestro arte, fue sido condenado por enfermar comunidades enteras en Italia a consecuencia de la explotación del asbesto. Conocimos la noticia y nos sentimos mal. Nos quejamos, nos lamentamos, hasta nos enojamos. Pero pocas veces, le reclamamos a quien nos brindó esa financiación.

Nuestro arte habla de integridad y compromiso, pero con nuestros actos apuntamos más bien hacia un pragmatismo acelerado. Callamos y continuamos.

Desde 2013, el artista, crítico y activista Guillermo Villamizar nos mostró que como campo artístico estábamos entontecidos con los cantos de sirena del proyecto de coleccionismo pseudofilantrópico dirigido por el curador Hans Michael-Herzog y pagado con recursos de una Fundación lastrada por sus vínculos con la familia Schmideiny. Para entendernos: Villamizar nos enseñó que arte y asbesto no combinaban; Herzog es un investigador reputado por organizar exposiciones megalomaníacas basadas, sobre todo, en sus vínculos sociales megalomaníacos; y los Schmideiny son una familia suiza que ha obtenido parte de su fortuna explotando asbesto.

Así, con dinero ajeno, el segundo ayudó a los terceros a organizar una colección omniabarcadora de arte latinoamericano, mientras el primero hacía todo lo posible por informarnos del desastre ético que nos amenazaba. La mayoría no lo escuchamos, hasta que el proyecto cerró: en 2015 la Fundación Daros abrió un palacete en Rio de Janeiro que sólo pudo tener abierto hasta 2016. Nuestro sueño duró menos de un año.

Este caso no es el único entre el uso de asbesto y el patrocinio de arte en Colombia. A nivel local, es bien sabido que el Grupo Neme, uno de los patrocinadores del Museo de Arte Moderno de Bogotá y del espacio NC Arte, también produce partes de frenos con asbesto y forma parte de la coalición tóxica de lobistas que hasta ahora ha logrado detener una y otra vez el trámite de esta ley en el Congreso.

Ahora, entre mayo y junio se han dado importantes muestras de apoyo para poder radicar y lograr la aprobación de la denominada Ley Ana Cecilia Niño, propuesta con la cual se busca erradicar el uso del asbesto en nuestro país. El proyecto ha avanzado y creemos que ya es tiempo de hacernos oír. Para buscar no tanto la reivindicación de nuestra actividad luego de los hechos ya relatados, como de sentar un precedente de nuestro verdadero compromiso con la construcción de país y de las dificultades que enfrenta este propósito a consecuencia de su modelo económico.

Con esta carta abierta queremos decir que es imprescindible erradicar el uso del asbesto.

Que es necesario que este proceso obtenga bases legales fuertes para sostenerlo a futuro.

Que sabemos que se trata de una lucha prolongada, llena de contradicciones donde todas las circunstancias apuntarán a que desfallezcamos y abandonemos.

Que este tipo de demostraciones resultan efectivas en momentos como el actual.

Que, como las personas que firmamos esta misiva, usted también se puede manifestar.

Que, si no está de acuerdo con la retórica de este documento, usted también puede expresar su postura.

Que el asunto ahora es de manifestarse masivamente, reiteradamente, claramente.

Que la desasbestización a nivel nacional será un proceso arduo –y si lo quiere escuchar, amigo empresario: rentable-.

Que una Colombia libre de asbesto será mucho más segura para quienes hereden este país.

Que una Colombia libre de asbesto beneficia a toda nuestra población.

Que sin asbesto es más rico.

Firmantes:

Guillermo Villamizar

91241502

Guillermo Vanegas Flórez
79861198

Lucas Ospina
79523501

Úrsula Ochoa
1020405922

Luis Hernández Mellizo
79835394

Ricardo Arcos-Palma
79053798

Guillermo Londoño
79233969

Diana Drews
52040048

Andrés Jurado Uribe
80032222

Daniel Molina Sierra
80134293

Ori Alon
ID 536139878 (EE.UU.)

Jorge Sarmiento Arias
80208533

Fernando Murcia Fajardo
19486285

Edinson Javier Quiñones Falla
10293366

Estefanïa García Pineda
1053812629

Adriana Castro Criales
52 622 623

Germán Arrubla
15256592

Ulpiano Fernandez
19149146

Halim Badawii
7181114

María Alejandra ToroVesga
1026263133

Saír García.
91444512

Emilio Tarazona
C294948 (Perú)

Diana Carolina Romero Acuña
53041490

Florencia Mora Anto
37830097

Eli Ferrari Guadalupe
DNI: 25161475. (Argentina)

Luisa Ungar
52262518

Paula Altafulla Dorado
52383136

Luz Helena Cordero
63291342

Henry Buitrago Alba
6773501

Oscar Salamanca Angarita
91262105

Emma Rivera Chaves
51918322

Rai Serrano Murillo
1098767436

Miguel Angel Gelvez Ramirez
13715607

Clara Inés González.
37542423

Henry Olarte Alvarez
13953999

Magda Liliana González Sandoval.
37615348

María Camila Lozano González.
1102391684

Claudia Yaneth Ospitia Rojas.
52755186

Walter Alonso Gómez Céspedes
91232766

César Chaparro
13844147

Luz Marina Contreras araque
63506937

Luis Carlos Valero Vasquez
91238580

Jaime Martín Rodríguez
91243290

Tatiana Riascos Quiróz.
52083055

Mauricio Martinez
79655127

Marcela Salas
52154858

Iván Navarro
80199834

Guillermo Villamizar
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