Tom Sachs prometió un culto divertido * **

Desde el 16 de febrero de este año se viene ventilando en el contexto artístico internacional un  escándalo sobre los elevados niveles de abuso emocional que sufren los empleados de espacios dedicados a la producción de obras para artistas blue-chip (1). Esta vez, el turno le correspondió a Tom Sachs, conectado autor de obras francamente culas que repite el guión del espíritu neofeudal en las artes visuales recientes: varón con influencia, experto en contratar personas jóvenes para hacerles creer que les está haciendo un favor mientras las lleva a la extenuación psicológica. 

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Por Katy Schneider y Adriane Quinlan

 

Tomado de:  Curbed* 

Traducción: Guillermo Vanegas**

 

Al escultor le gusta reconocer su estudio como parte de su práctica artística. Pero trabajar allí a menudo resulta aterrador

En febrero, una anónima «familia del mundo del arte» publicó la lista de trabajos para convocar un asistente ejecutivo en el sitio web de la Fundación para las Artes de Nueva York. La lista buscaba a alguien que pudiera «facilitar la vida de la pareja en todas las formas posibles». Es decir, recoger ropa en «tiendas de alta gama», administrar «todas sus solicitudes de necesidades médicas», ayudar con el «mantenimiento del jardín en la azotea» o los  «gatos en el estudio», y aprender complicados «sistemas de armario» y «sistemas de perro». Se volvió viral y el New York Times la cubrió (según el resumen del periódico: «El anuncio combinaba en un tono alegre una lista detallada de tareas irrazonables»). Días después, Artnet reveló que la pareja probablemente fuera la del artista Tom Sachs y su esposa, la ex directora de la galería Gagosian, Sarah Hoover. Por supuesto que era Tom Sachs, pensaría cualquiera que haya trabajado para él. La mención de los «sistemas» fue la clave.

Sachs, de 56 años, ha sido representado durante mucho tiempo por Sperone Westwater, la galería del Soho que también trabaja con Julian Schnabel y Bruce Nauman. Y es conocido por sus instalaciones de productos de consumo: muebles de oficina falsos de Knoll construidos a partir de guías telefónicas o una comida económica de McDonald’s envuelta en papel Hermès. En los últimos años, gran parte de su obra ha estado relacionada con los viajes espaciales, como por ejemplo, una réplica a tamaño real del módulo lunar del Apolo 11 en acero y madera contrachapada. Sus esculturas tienden a mostrar la forma en que han sido ensambladas con cinta adhesiva, tornillos y notas escritas a mano (a menudo hechas con marcador permanente). Por estos días, sus piezas cuestan más de U$300.000. Y en la inauguración  de su exposición en Acquavella en octubre, la fila para ingresar daba la vuelta a la calle 7. («Parecía más una lista de espera de Kiki que la apertura de una galería del Upper East Side», escribió la revista Cultured). Sachs es venerado entre la multitud de Hypebeast, en parte debido a su colaboración de 11 años con Nike. Para su lanzamiento más reciente, NikeCraft General Purpose Shoe, la empresa publicó un anuncio a página completa en el Times. También están sus otros trabajos secundarios: una pequeña línea de muebles y NFTs.

Pero también se ha hecho famoso por la forma en que, durante tres décadas, ha dirigido su estudio de Chinatown como una extensión de su propia práctica artística, con sistemas meticulosamente detallados. En 2010, estrenó una película llamada Ten Bullets, que se presentó como manual para empleados y obra de arte (el cineasta Van Neistat, antiguo miembro de su estudio, la dirigió). En la película, Sachs describe las reglas que rigen su estudio. Todos deben colocar todos los artículos en ángulos paralelos o de 90 grados. Deben caminar tranquilamente, como si estuvieran en un monasterio. Los empleados deben mantener un régimen saludable de dieta y ejercicio, evitar la «inventiva personal» y responder a las órdenes con las palabras «entiendo» o «no entiendo». Incluso hay un sistema para cuando no se sigue el sistema: los empleados tienen que «sacrificar» dinero a Leatherface, una alcancía basada en el villano de The Texas Chainsaw Massacre. El espacio donde todo esto se desarrolla se siente encantador, un poco Wes Andersoniano. Los empleados usan batas a juego, los estantes de madera contrachapada están revestidos con cerámica pellizcada de Sachs y todos lucen llamativamente atractivos. Sachs incluso vende productos diseñados en torno a la mitología de su estudio. Sus camisetas Ten Bullets están disponibles en el site de SSENSE.

Si esto suena a un culto, pues, ese es el punto. Se sabe que los empleados hacen ejercicio en un programa llamado Space Camp tres veces por semana a las 7 a.m., usando uniformes impresos con su primera inicial, su apellido y los números de serie que Sachs les asignó. «Salíamos a correr por el Soho y la gente nos tomaba fotos. No es como si supieran quién era Tom; simplemente pensaban que eran un culto regular», dice un ex asistente del estudio. Algunos se tatuaron sus números de serie en el cuerpo. 

De hecho, Sachs mismo lo llama un culto. Constantemente: «este lugar es un culto, y lo digo de la manera más aterradora, más familia Manson, en el sentido de que estamos totalmente comprometidos con esta forma de vida», dijo en una entrevista de GQ. También habló de su temperamento. En Paradox Bullets, un video posterior a Ten Bullets, ilustra otro lema, «las virtudes de un hiperintenso», lanzando una máquina de escribir a través de una pared. Que vuela a una habitación donde una mujer come fideos tranquilamente. Y le pega.

Pero aquello no podría ser un culto real, ¿cierto? O bien, ¿por qué diría Sachs que sí lo era? Y si arrojaba objetos a los empleados, ¿seguramente no se habría mostrado haciéndolo en un video con cameos del artista Ed Ruscha?

Sachs ha dicho que la cultura de su estudio es «su mayor obra de arte». Pero según entrevistas con más de una docena de ex empleados, muchos de quienes sabían que se estaban inscribiendo en un ambiente de trabajo inusual, sus experiencias en el estudio podrían caracterizarse como más desestabilizantes y aterradoras. Sachs se negó a ser entrevistado para esta historia y en una declaración un portavoz describe el lugar como un «estudio de  un artista riguroso y exigente» que «ha fomentado altos estándares y un entorno de trabajo acelerado para respaldar una producción sólida». No todos, admite, son aptos para esa cultura. Pero «Tom Sachs Studio cree que todos los empleados deben sentirse seguros y protegidos en el lugar de trabajo y se compromete a defender estos valores». 

Así es como uno de los antiguos gerentes de estudio de Sachs describe trabajar para él: «es casi como si se esforzara por sembrar incomodidad y se empeñara en ello como si fuera un genio. Es como una treta. Mucha gente sabe que es cruel, pero el mundo del arte es pequeño y a nadie le importa una mierda».

Cierto tipo de personas aman la idea de todo eso: clasificar cuidadosamente tornillos todo el día como parte de una especie de organismo unificado de creación de arte. Hay un hilo reciente de Reddit llamado «¿Cómo puedo trabajar para Tom Sachs?» (Una de las respuestas: «Simplemente preséntese en la parte delantera del estudio, como en Fight Club».) Dice un segundo ex-asistente del estudio: «Era un lugar realmente deseable para estar y se sentía como un privilegio de alguna manera». Owen Zoyt abandonó NYU en 2021 para unirse al estudio; él había estado solicitando trabajo allí desde que tenía 15 años. «Es realmente encantador sentir que eres parte de algo y trabajar en un grupo muy unido en un entorno realmente acelerado para lograr un objetivo realmente fantástico», dice. (La mayoría de ex-empleados de Sachs con quienes hablamos pidieron su anonimato; muchos citaron acuerdos de confidencialidad y otros dijeron que temían represalias).

Cuando comienzas a trabajar en el estudio de Tom Sachs, te dan manuales y éstos son sustancialmente más detallados que Ten Bullets. En uno, después de sugerencias sobre cómo abordar adecuadamente a Sachs acerca de su almuerzo, hay consejos para «evitar cosas que hacen enojar a Tom», que comienzan con un verso pareado: «Tom a veces gritará/Tom a veces meditará/Aunque la vida terrible pueda parecer /La felicidad radica en leer los estados de ánimo de Tom.» 

El portavoz de Sachs dice que este manual era una broma. Los empleados dicen que se lo tomaban en serio.

Es imposible leer esos estados de ánimo todo el tiempo o seguir con precisión cualquiera de sus exigentes «sistemas», dicen los ex-empleados, mezcla de asistentes de estudio, gerentes y especialistas, que trabajaron para Sachs en diferentes momentos durante los últimos 15 años. Y cuando alguien inevitablemente se equivocaba, es decir si, por ejemplo, ponía una bombilla «buena» en el cajón de las bombillas «malas», las consecuencias eran a menudo mucho peores que darle U$2 a Leatherface. Varios miembros del estudio recuerdan que Sachs los llamó «autistas», «retrasados», «perras» y otras lindezas. (El estudio de Sachs lo niega y dice que tal comportamiento «no está en línea con los valores de nuestro estudio». También niega casi todas las acusaciones que se le hacen en esta historia). «Básicamente, si una bombilla se jodía en medio de la noche y no la cambiabas apenas entrabas, te escariaban bíblicamente el culo», dice un tercer ex-asistente del estudio.

Según varios ex miembros del estudio, corrías el riesgo de que te arrojaran cosas, si no hacia ti, sí en la dirección de donde estabas trabajando. «Lo vi arrojar una lámina de acero al otro lado de la habitación porque alguien la había dejado en el lugar equivocado y casi golpea un tanque de gas para soldar», dice un exasistente. «Y cuando fui ante el gerente del estudio para decirle: “Oye, me tiró algo”, su respuesta fue: “Bueno, al menos no te lo tiró a ti; él solía tirarle cosas a la gente”. Otro exmiembro del estudio acota: «tiraba madera por el suelo. Una vez, arrancó el sistema de alarma de la pared y lo arrojó. Tiró un portapapeles. Un montón de portapapeles. Una escalera.»

Había muchas reglas qué seguir y éstas venían de todas partes: del manual, de los gerentes, del mismo Sachs. Era fácil caer: haga a comida del perro de Sachs tres veces al día con conejo, maíz, espinacas en juliana, polvo de arándanos, aloe vera y aceite de coco; lleve bocadillos de jamón ibérico a Sachs si está firmando obras de arte; todos sus bolígrafos deben ser nuevos pero no nuevos-nuevos (la tinta ya debe estar fluyendo); los almuerzos grupales deben ser preparados por un «gerente de sistemas alimentarios» (y los tenedores deben caer al unísono al final de la comida). 

«Una vez, estaba hablando por teléfono organizando un viaje para Tom y Sarah [su esposa]”, dice un ex-director del estudio. «Vuelan en primera clase y si no les consigues asiento full size, ni te molestes en volver, me repetían”. Mientras hablaba por teléfono, sonó la puerta y dejó entrar a la persona sin pensar. Esto fue un problema, dice, porque se suponía que el personal no debía dejar entrar a invitados no identificados: «Regresé arriba y Tom saltó sobre mí. Estaba a centímetros de mi cara. Podía sentir el calor de su cuerpo. Gritó: “¿Por qué no abriste la puerta? ¿Qué sucede contigo?”»

Muchos se desesperaban por complacer a Sachs, haciendo lo posible para, por ejemplo, encontrarle sus «manzanas en cursiva», como describía las manzanas Fuji inclinadas. Aquellos que tuvieron éxito fueron recompensados ​​​​ocasionalmente. Según varios ex miembros del estudio, Sachs entregó regalos de cumpleaños de diferentes valores para demostrar la posición de cada uno. «El primer regalo siempre es un cuchillo, y luego se basa en tu valor», dice un cuarto ex-asistente. Si eras favorecido, podías conseguir zapatos Prada. Si no, posiblemente te regalaban algo de la pila gratuita.

Alrededor de las personas que Sachs consideraba importantes, dicen varios ex-miembros, a veces se esforzaba por actuar de manera reservada. Pero en escenarios estresantes, como el montaje en una galería, bajaba la guardia. Según alguien que trabajó con él en una institución donde estaba mostrando su trabajo, ella lo vio gritarle a los miembros de su estudio: «y sus trabajadores le decían, “sí, chef”. Veías la mirada vacía en sus ojos, y te preguntabas, ¿Todo esto es por el arte?»

«El problema con Tom», dice el artista Stuart Semple, «es que dirige su estudio como una obra de arte. Es salvaje y loco, pero también es brillante. Pero luego, si lo miras con todas las legalidades respecto a cómo emplea al personal, podría parecer extraño». El comportamiento de Sachs dificultaba que los miembros del estudio entendieran qué era arte y qué era maltrato. 

Después de todo, le gusta ser provocativo. Los medios de comunicación se han referido incesantemente a él como un «niño malo» del mundo del arte. En 1999, llenó un jarrón con munición real, lo que hizo que su galerista, Mary Boone, fuera encarcelada durante una noche. En 2013, mostró una pieza llamada Barbie Slave Ship en la Biennale de Lyon, colocando Barbies blancas desnudas en un modelo de barco de esclavos con banderas rosadas. Llamó a su oficina el Nido del Águila (como en el Kehlsteinhaus de Hitler), y el botiquín de primeros auxilios tenía una esvástica pegada sobre la cruz roja. Según el estudio, Sachs, que es «orgullosamente judío», trabaja «para subvertir y recuperar esta parte dolorosa de la historia judía». Desde entonces, se ha eliminado la esvástica.

Para algunos ex-empleados, algo sobre la forma en que Sachs trataba y hablaba de las mujeres no se sentía como un proyecto artístico. Había pornografía antigua en las paredes del estudio y Sachs hablaba en almuerzos grupales sobre los tipos de pornografía que le gustaban, incluida la realidad virtual. El estudio dice que la pornografía se mencionó solo en el contexto de los proyectos. «Siempre se suponía que era “para un proyecto”», dice el tercer ex-asistente. «Pero ¿cuál proyecto?, nunca lo vi». Sachs hablaba mucho de sexo y de cuerpos. «Me hablaba de mujeres todo el tiempo», dice el ex-director del estudio. Cuando se enteró de la situación de vida de una empleada administrativa, preguntó si estaba «follando con todos [sus] compañeros de cuarto»; en otra ocasión, le dijo que tenía «suerte de vivir en una época en la que las curvas y los glúteos están de moda».

Sachs tenía un «tipo», del que hablaba abiertamente en la oficina. Una empleada administrativa recuerda que Sachs trajo a su hijo pequeño al estudio: «me señaló y le dijo: “mira, esto es lo que llamamos una ‘diosa shiksa’ (1). Esto es lo que llamamos el tipo de papá’. Decía ese tipo de mierda todo el tiempo”. (El estudio de Sachs dice que esto era una broma). Otra joven integrante del estudio dice que tenía miedo de estar sola en el estudio por la noche con él. 

Llamaba a un almacén en el sótano la «sala de violación»; en 2016, lo cambió a «sala de consentimiento». (El estudio de Sachs dice que esto también era una broma). Y aunque Sachs a veces requería que sus empleados usaran uniformes, él mismo a menudo usaba ropa interior ajustada en el estudio, según siete ex-miembros. Una vez incluso se presentó a una llamada de Zoom con empleadas de Nike en ropa interior, según el empleado administrativo que estaba presente (El estudio de Sachs describe probarse ropa como parte de sus «pruebas virtuales semanales» y una «parte normal del proceso de diseño». Nike no respondió a una solicitud de comentarios).

En 2020, varios miembros del estudio se quejaron de la falta de límites de Sachs. Por entonces, contrató a su entrenador de vida, Shalom Melchizedek, para trabajar con ellos. (En su web, Melchizedek se describe a sí mismo como un «pionero de la sexualidad cósmica» y ofrece cursos que exploran su relación con el orgasmo). Después de comenzar (ofreciendo orientación profesional, según Sachs), la empleada administrativa preguntó a gerente si le había mencionado la falta de pantalones en la oficina de Sachs. El gerente le dijo que estaba en la lista.

A Sachs le gustaba recordar a quienes trabajaban para él que todos eran reemplazables. Un asistente recuerda haber viajado con él a una exposición en el extranjero donde, frente a un grupo de galeristas, le dijo: «“esto es un culto. Si te quieres ir, no te queremos. Hay un millón de ustedes”. En otra ocasión, después de disgustarse con los comentarios que ella dio en una llamada de Zoom, gritó: “no me importa si ella muere. Hay un millón de ellas y solo uno de mí”». En respuesta a esto, el estudio de Sachs dice que «Tom nunca haría que una persona sintiera que no importa o que no es importante». Casi todo lo demás que los ex empleados recordaron en Nueva York, según el estudio de Sach, es falso. Nunca le ha tirado nada a un empleado y está «obsesionado con la seguridad de su equipo». Además, «nunca nadie ha sido despedido o sancionado por un asiento en un avión». Si bien Sachs «se expresa cuando no se cumplen los estándares», niega haber hablado con un empleado a «centímetros» de su cara. ¿Y sobre los regalos? Dicen que todos en el estudio reciben lo mismo, incluida una «obra de edición única» cada temporada de vacaciones. El estudio niega rotundamente que le haya preguntado a una empleada sobre «follar» con sus compañeros de cuarto o que haya comentado sobre su cuerpo.

Había mucha agitación en el estudio. «Todavía le tenemos miedo a Tom», dice otro ex-empleado, una de las tres personas que abandonaron el estudio y dicen que todavía tienen pesadillas con él. Algunos de los ex-asistentes de Sachs terminaron abandonando el mundo del arte por completo. «No estamos salvando el mundo, no estamos curando el cáncer, no tiene que ser tan grave. No hay razón para este abuso; simplemente no cuadra. Así que me hizo preguntarme mucho sobre cómo se hace el arte contemporáneo», dice el primer ex-empleado. «Parece que el estudio está muy bien dirigido porque tienes estos fantásticos conjuntos de Prada», dice el asistente del estudio que viajó al extranjero con él. «Pero los atuendos de Prada se te clavan en el culo, no duermes y tu cerebro está roto. Este trabajo arruinó la industria del arte para mí. Mi psiquiatra tuvo un día de campo».

Notas

1.- Bobos pedaleados a punta de networking e inversión, que no paran de moverse entre ferias y bienales vendiendo su propia obra como una franquicia de arte flojo caro. (N. d.T)

2.- Mujer no judía. Generalmente, se usa en tono peyorativo. (N. d.T.)

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