Ritmos de la intuición ((Historias atravesadas)), 070 en Los Andes 

Para confirmar que el periodismo local no está en crisis basta con desoír los lamentos de las dos generaciones más envejecidas de nuestro contexto y ponerse a buscar joyitas digitales. O salir corriendo a comprar la gesta familiar de amoríos, traiciones —y compra de votos— censurada por una editorial que se suponía menos descriteriada, o revisar los ecos del soborno más grande de Latinoamérica prohijado en Colombia por una familia de mantenidos del Estado, o haber visto Ritmos de la intuición ((historias atravesadas)). Esta última, una labor intelectualmente redituable por tratarse de la eficaz revisión de archivo de la iniciativa  070 en formato exposición exenta de enciclopedismo somnífero.

070 es un proyecto periodístico que se destaca en un gremio repleto de medios empeñados en defender a muerte una versión fruncida-aburrida-empavorecida-racista de la realidad colombiana, que son felices atravesándosele a la posibilidad de salir del respice polum y que hace décadas vendieron su alma al corporativismo privado criollo. Surgió en un centro de investigación de una universidad privada y evita pautar con empresas corruptas y/o inútiles —como el Grupo Aval— para existir. Por esas dos razones pone distancia con esa «gran prensa» a la que sólo le queda su apodo para soñarse una inexistente aspiración letrada. En este punto baste revisar el libro homónimo de Ángel Rama y comparar con las noticias sobre los tenis de la Ministra de Minas y Energía. 

Ritmos de la intuición fue la puesta en operación varias estrategias que se asentaron en comprender las restricciones espaciotemporales de lo presencial y la conexión entre lo digital, lo material y lo cultural. O, en palabras de @nefazta.666, diseñadora gráfica de la muestra, y de 070, el objetivo era tratar de responder a la pregunta ¿cómo tener una metodología funcional de diseño cuando hay demasiada información? Por ello se apuntaló en una gestión de identidad gráfica donde paleta, selecciones tipográficas, diagramación expansiva y tipo de ilustración cohesionaran el conjunto por afinidad u oposición. 

Ejemplos: diálogo entre letras góticas y palo seco en un mismo cuerpo de texto para añadir potencia a la emoción que se quería expresar —molestia, ironía, sarcasmo— incomodando la lectura mediante interrupciones en su propio ritmo. O establecer una reminiscencia de la prensa antigua ampliando la separación entre tipos. Otra pauta visual tenía que ver con el uso de la estrella de más de cinco puntas, recuperada aquí por su valor iconográfico en el pueblo mapuche —donde representa un cometa pasando—, para aportar un carácter de firma que se convirtiera en trama. Sumado a esto, la combinación de colores quería llevarle la contraria a un dicho de diseñadores gráficos —«rosa y rojo, patada en el ojo»—, para crear una sensación de contaminación. Finalmente, la ilustración homeopática serviría para particularizar la mirada al hecho de que la muestra poseía múltiples ejes de intuición.

Con esta estructura se pasó a trabajar con el modelo propio de 070, originalmente desapegado de las reglas positivistas típicas de la prensa convencional: 

Titulares + Noticias Políticas + Noticias de economía + Deportes + Sociales + Misceláneos

Que en colombiano se suelen traducir a: 

Titulares + Qué grande es mi Selección + (poquita) parapolítica + proezas de la familia Char + Álvaro Uribe abuelo + Álvaro Uribe insultando jóvenes + Álvaro Uribe Expresidiario + Indicadores económicos + Noticias del espectáculo

Al contrario, en esta oportunidad se buscó poner de relieve la dialéctica del medio para reproducir en orden aleatorio su propio temario: 

Género + Política + Cultura + Medio ambiente + Medios y periodismo + Ciudad + Movilización social

Como se decía, a partir de este punto se aplicaron las siguientes estrategias: 

1: Darle la razón al subtítulo de su cartel («Porque subvertir el periodismo clásico (tan oficialista, tan escandaloso, tan machista y obsoleto) Es urgente»): 

2: Activar esa hoja de ruta dividiendo en dos grandes espacios un paralelepípedo rodeado de paredes de cristal que dan hacia la calle 1ra, un foyer y las paredes internas del edificio Santodomingo (el magnate retratado en la img. de portada de este texto). Para ello se acudió a una cortina de telas rojas que reproducían en mayúscula sostenida las palabras «historias» y «atravesadas», desagregando una muestra que podría agobiar por la cantidad de información provista:

3: Separar los capítulos curatoriales con módulos móviles para crear «islas». Es de anotar que dos de las curadoras de la exposición (Andrea Infante y Paula Leuro) ya habían demostrado solvencia con este mismo espacio en la exposición NarColombia. Por esto lograron enfatizar satisfactoriamente varios de los núcleos del trabajo de 070 para dar cuenta de un recorrido histórico alivianando el recorrido físico. 

Así, una de las islas iniciales mostraba noticias producidas en torno a la protesta social en diálogo con otra dedicada al periodismo forense.(1) Esta era tanto didáctica como ilustrativa, pues no dejaba de mostrar cómo mediante búsqueda, acceso, uso y articulación de información proveniente de fuentes abiertas, era posible reconstruir el efecto de las múltiples variantes del terrorismo de Estado nacional. Por ejemplo, para hablar de una de las masacres sufridas por los defensores del territorio en el Cauca, se dejaba ver la forma en que se editaron videocollages en pantallas divididas a partir de footage recuperado de otros medios, redes o grabaciones de los mismos manifestantes donde se hacía especial manejo del audio en estéreo para singularizar testimonios, voces o gritos y clarificar el argumento noticioso. 

También se encontraba la isla dedicada a los cuerpos ubicados en el territorio. De hecho, era una de las más grandes del espacio y estaba conformada por subcapítulos: el mapa llamado En las calles libres, no valientes, acción de denuncia y análisis antropológico necesariamente perdurable con la que se buscaba «georreferenciar las violencias cometidas contra las mujeres y personas disidentes de género en Bogotá y Soacha» y podía ser intervenida por la audiencia de la muestra:

Otro era el muro compuesto por una larga serie de titulares de prensa releídos  en clave de análisis del discurso y diseño gráfico crítico, a partir de su insistencia en hablar de violencias basadas en género revictimizando a las mujeres objeto de agresión:

Una más de estas islas —en realidad un archipiélago sonoro— consistía en la instalación de sillas separadas que reproducían algunos de los muchos podcasts de 070 o selecciones de musicxs colombianxs. Además, aquí se reflejaba bastante bien el planteamiento fisiológico que rodeó toda la muestra: mediante juegos sonoros y la mención al hecho de que el sonido es un formato privilegiado para caracterizar nuestra relación con el cosmos porque «es nuestra primera conexión con el mundo: escuchamos suspendidos en el útero de nuestras madres sonidos que nadan en el líquido amniótico»

4: El cuerpo como eje fundamental en esta exhibición. Por un lado, la segunda parte de la sala consistía en un espacio híbrido donde se impartían clases de historia política de Colombia, se programaban podcasts en vivo dedicados a la crítica de medios  o se realizaban talleres que, por momentos, permitían abrir lugar a la tensión social que rodea a la propia universidad de los Andes en su emplazamiento actual:

 

De esta manera se refleja la forma en que nociones como ritmo e intuición fueron empleadas en esta exposición, no sólo en su propio nombre sino como repetición de patrones visuales y temas. Además, se extendieron incluso hacia declaraciones de principios tipo: la autoprohibición de utilizar plotter para dar la información —y contaminar menos—, el privilegio al papel como soporte que ofreciera su degradación en tiempo real para aportar calidad estética, poner muchos de sus contenidos de cara a la calle para intentar un diálogo en serio con asiduos y vecinos, permitir que grupos de estudiantes de clases de pintura complementaran esa conversación con interpretaciones personales. Decisiones donde el cuerpo entero fuera protagonista, en vez de ser sólo cerebro algorítmico encauzado en predecir tendencias de búsqueda de información por hora en el sector donde se realizó la muestra para exigirle al equipo curatorial que le diera diera al público lo que creería que quiere.  

Notas 

1.- ¿Recuerdan esa información que comenzó a minar el desgraciado argumento de los abogados de Manuel Cubillos, el asesino de Dylan Cruz, respecto a que el joven «se le había atravesado a la bala que lo mató»? Exacto, seguramente la vieron por primera vez en 070.

 

Ritmos de la intuición ((Historias atravesadas)). 

Curaduría: Andrea Infante, Paula Leuro, Natalia Arenas Tania Tapia, Goldy Levy, Pala Martínez, Diego Forero, Eduardo Santos, Lina Vargas, Simona Delgado, Ómar Rincón, Lorenzo Morales, Gloria Esquivel, Tatiana Bonilla, Cristina Robayo y David de Salvador.

Salón de exposiciones Edificio Santodomingo 

Universidad de los Andes 

10 de agosto – 7 de septiembre

Bogotá 

Guillermo Vanegas
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