Óscar Monsalve en Espacio El Dorado. Photoshoots

 Óscar Monsalve. Registro de Reporter con interferencias, de Álvaro Herazo. Colaboradores: Alfonso Suárez, Leticia Hundek. Dos personas más participaron de la acción pero sus nombres están sin identificar. Galería Espacio Alterno (espacio independiente de la artista Sara Modiano), marzo 1982, 10pm (aprox), Barranquilla.

 

Para comentar La trayectoria de un disparo, exposición dedicada al archivo del fotógrafo Óscar Monsalve que cerró este 7 de octubre en Espacio El Dorado, añadiré a su estrategia memorística la política. Concentrándome en sus imágenes de distintos eventos artísticos de la década que va de 1975 a 1985, a la luz del artículo «Trampa, de Fernando Cepeda: arte y vida en el Estatuto de Seguridad», de Santiago Rueda (1), repetiré el ejercicio de tomar un grupo de fotografías del mismo Monsalve para hablar de una época en que la ciudadanía colombiana repasó lo aprendido durante La Violencia: vivir bajo amenaza de muerte institucionalizada.(2)

En primer lugar, noto el daño hecho por la dictadura que el (pseudo)liberal Julio César Turbay ensayara bajo la forma de un Estatuto de seguridad que legalizó el asesinato de sindicalistas, políticos disidentes, periodistas, Feliza Bursztyn y, casi, Gabriel García Márquez: hace cuarenta y cinco años y a un mes de haberse posesionado —como durante el Paro de 2021—, preIván Duque entregó el gobierno a la tombería enloquecida desencadenando «allanamientos de domicilio sin orden judicial, detenciones arbitrarias, torturas, desaparición forzada, consejos verbales de guerra para juzgar a civiles»(3).

Así, lo que al principio me molestó del proyecto —su título— fue adquiriendo mejor sentido: en el primer grupo de imágenes —cinco fotografías ordenadas por columnas—, la última de ellas mostrando arriba a una joven de pelo corto, armada con un cuchillo en su mano izquierda mientras estiraba su brazo derecho mirando hacia un grupo de espectadores sentados. En la de abajo, un varón joven en un espacio cerrado miraba hacia un punto donde iba a apuntar un arma mientras pensaba «¡jueputalostombos!» Tras él, una grabadora y un reloj que da las diez y veintiséis. Sombras de personas, piso doméstico.

Dos sujetos representativos del sector más atacado por el gobierno de ese momento, en actitud de frágil autodefensa, semidesnudos, bajo techo, sin sonreír. El título absolutamente evocador de un performance producido para un período en que el trabajo periodístico comenzó a verse depreciado con balas. El recuerdo de la fotografía de Ida Esbra, donde la mujer del cuchillo lo acercaba al cuello de otra dama sentada que miraba enojada hacia el frente. 

En el texto de presentación de la exposición la curaduría seguía haciendo guiños. Por ejemplo, que Monsalve sacaba fotos en eventos organizados bajo una lógica de «condición extraoficial». Es decir, programados extra-el-evento-principal. Esta vez, por fuera del Primer Coloquio Latinoamericano de Arte no Objetual que se hizo en Medellín durante 1981, y que consistían en «activaciones callejeras, espontáneas, a puerta cerrada o congregadas voz a voz». No dejo de escuchar las resonancias entre este modo de convocatoria y la adaptación de comportamientos para que, en la Colombia de finales de los setenta, grupos de más de tres personas no paramilitares pudieran reunirse garantizando la propia seguridad. Recuerdo lo que me han contado varios hijos de matrimonios sobrevivientes del gobierno de Turbay en las ciudades de Bogotá y Cali: que sus padres debían establecer acuerdos rápidos y eficaces para reunirse a conversar, criticar y bailar evitando la invasión doméstica, la detención arbitraria o la desaparición. 

En medio de todo ello se movía Monsalve con sus cámaras. Habiendo iniciado en 1975, fue adquiriendo fama de serio y cuidadoso, recibiendo en muchísimos casos el encargo de «asistir y registrar acciones necesariamente improvisadas que sucederían “en una semana”, “el próximo mes” o “mañana en la tarde”».(4) Teniendo en cuenta, además, el asedio policial: qué nivel de confianza y qué responsabilidad.

Óscar Monsalve. Registro de Vaso de leche, Bogotá, de Cecilia Vicuña. Performance. Quinta de Bolivar, septiembre 26 de 1979, 12 m, Bogotá.

 

«Una vaca

 es un continente

cuya (sangre) leche

ha sido regada.

¿Qué le hacemos 

a nuestra vida?»

Cecilia Vicuña

 

Día. Asfalto, toma en picado. Hoja de papel afianzada con tres piedras (debía hacer viento). Vaso con líquido blanco y caja de tizas. Un storyboard de un performance fotográfico en cuatro actos donde el vaso será anudado con una lana roja, halado y su contenido regado. 

En su breve introducción al estudio del arte feminista en Latinoamérica a partir de la década de 1950, la licenciada argentina María Laura Rosa amplía el contexto de la obra. Destaca que hacía parte de una serie de aciones denominada Para no morir de hambre en el arte, realizada en las ciudades de Santiago, Bogotá y Toronto. Así, lo que en la capital chilena fue la distribución «de cien litros de leche en una población pobre, intervenir con información artística la revista Hoy, dar un discurso frente a la sede de la CEPAL [y] colgar una inmensa tela blanca en la fachada del Museo Nacional de Bellas Artes [para terminar] en la Galería Imagen exhibiendo documentos sonoros y en video sobre las intervenciones urbanas», tenía una contraparte rola mediante el anuncio de Vicuña «con carteles en la vía pública sobre el derramamiento de un vaso de leche»(5) aquí se trató del recuerdo de una masacre patrocinada por iniciativa privada bajo el formato de macabra teoría del color: industriales lecheros colombianos decidieron, en un nivel de hijueputez de magnitudes industriales, ¡envenenar 1920 niños! ¡con leche rebajada! ¡con pintura blanca! Por la magnitud del hecho esa fotografía debería reposar obligatoriamente en la colección del Museo Nacional de Colombia: sección «Guerra  civil y postconflicto». Pero no lo están. Ni la foto ni la sección.

A cambio, la adquirió José Darío Gutiérrez, quien que ha decidido acompañar responsablemente —coleccionando sin lavar ni perder la oportunidad de adquirir documentos históricos— el trabajo de investigadores como José Ruiz y Arturo Salazar, para tratar de resolver vacíos en la historia del arte colombiano. Por ejemplo el sorprendente  enigma articulado en la pregunta «¿Acaso nadie va a enmendar nunca la terrible plana que hizo mal y a medias Eduardo Serrano en la necesariamente repetible Historia de la fotografía en Colombia 1950 -2000  En el caso de esta muestra, el problema empieza a ver solución. Una que incluso permite prever ejercicios derivados: convertir el Archivo Monsalve en Fondo Monsalve, ampliar su revisión por parte de otros interesados, editarlo en formato libro de consulta para adeptos y base de datos para especialistas, complementarlo con entrevistas a personas relacionadas con él que puedan dar cuenta de su construcción, negociar con una institución universitaria pública el establecimiento de una beca de investigación sobre arte contemporáneo colombiano a partir de él.(6) Mucha cosa linda junta y un futuro auspicioso, todo por una decisión de compra. Qué nivel de exigencia y qué responsabilidad.

Notas

1.- Santiago Rueda, «Trampa de Fernando Cepeda: arte y vida en el estatuto de seguridad», en Calle 14 revista de investigación en el campo del arte, #19. Disponible en: https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/c14/article/view/20602/19461. Consultado el 14 de octubre de 2023. 

2.- En el artículo de Rueda resulta escalofriante el comentario del artista barranquillero Eduardo Hernández sobre su participación en un performance para el VI Salón Atenas el 3 de diciembre de 1980, diseñado por el artista Fernando Cepeda pero donde peste no pudo participar por fuerza mayor: «después de un atentado que tuvimos con Fernando Cepeda al volver de la playa, nos atracaron y casi nos matan. A Fernando le pegaron un tiro en el hombro. Es el momento en que Álvaro Herazo hace Trampa en Bogotá, porque Fernando estaba incapacitado. Viajé y fui quien apoyó a Álvaro con esa experiencia.», pág. 84. 

3.-Véase: Comisión de la verdad, «La Comisión busca la verdad del Estatuto de Seguridad durante el gobierno de Julio César Turbay», julio 28 de 2020. Disponible en: https://web.comisiondelaverdad.co/actualidad/noticias/comision-busca-verdad-estatuto-seguridad-gobierno-julio-cesar-turbay. Consultado el 13 de octubre de 2023.

4.- Arturo Salazar, «La trayectoria de un disparo. Fotografías de Óscar Monsalve», texto curatorial. 

5.- María Laura Rosa, «Transitando por los pliegues y las sombras». Disponible en:  https://hamamarino.files.wordpress.com/2018/12/mitominas.pdf

6.- Véase Beca Fundación Rauschenberg y copiar de allí lo mejor.

 

 

La trayectoria de un disparo. Fotografías de Óscar Monsalve

Texto y selección: Arturo Salazar

Espacio El Dorado

12 de agosto – 7 de octubre

Bogotá 

Guillermo Vanegas
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