Un «ántrax de deformaciones»*

*Traducción: Guillermo Villamizar

 

Tomado del International Consortium of Investigative Journalists – ICIJ, enero 28 de 2022, por Scilla Alecci

 

En el transcurso de los últimos meses a partir de los informes de Pandora Papers, una industria secreta ha venido apareciendo una y otra vez. Desde políticos hasta parejas poderosas y presuntos delincuentes, un tipo particular de activo ha surgido como una opción para que los ricos y poderosos almacenen riqueza: las obras de arte.

Para los lectores veteranos del ICIJ, esto puede no ser una sorpresa. Investigaciones como los Panama Papers y FinCEN Files mostraron cómo el comercio anónimo de arte y antigüedades costosas que son bienes muebles, aumentan de valor con el tiempo y se pueden comprar con poca supervisión contra el lavado de dinero, convirtiéndose en un fenómeno generalizado.

Pero una sorpresa para la reportera del ICIJ Scilla Alecci fue encontrar varias obras del artista callejero Banksy en los documentos de Pandora Papers. El trabajo de Banksy ataca la cultura del consumo, el capitalismo y el propio mundo del arte. Pero se ha visto arrastrado a un sistema financiero paralelo que, según muchos expertos, representa lo peor de lo que su arte suele criticar.

«Es terriblemente irónico», dijo al ICIJ John Zarobell, profesor asociado de la Universidad de San Francisco y autor de “Art and the Global Economy”. «Cuando te conviertes en un artista famoso, como ha pasado con Banksy, tu trabajo gana mucho valor, y luego puede convertirse en una herramienta en este tipo de esquemas por parte de los ultra ricos, para ocultar su riqueza».

La última investigación de Scilla profundiza en el bróker financiero afincado en Londres y ex corredor de autos Maurizio Fabris, quien usó un fideicomiso en el extranjero para comprar más de una docena de piezas de Banksy, y que luego vendió a una galería de Londres administrada por el ex agente de Banksy al momento de empezar a ser investigado criminalmente por presunto fraude fiscal en Italia.

Las piezas se encontraban entre más de 1600 obras de arte de unos 400 artistas de todo el mundo que el ICIJ identificó en los Pandora Papers. Estos tratos en el extranjero son emblemáticos de cómo el floreciente mercado del arte se ha convertido en «la industria legal no regulada más grande del mundo», en palabras de los legisladores estadounidenses, en donde los comerciantes en gran medida no están sujetos a las reglas de «conozca a su cliente» (destinadas a detener transacciones sospechosas y delincuencia financiera), reformas que terminan siendo desiguales, lentas e inoperantes.

Un veterano legislador del Estado de Nueva York llamó alguna vez al mercado del arte un «ántrax de deformaciones».

 

Banksy no respondió a las preguntas por parte del ICIJ.

 

Para leer el informe: https://bit.ly/3gs2KUE

 

 

 

 

Guillermo Villamizar
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