“Las cosas se duplican en Tlön; propenden asimismo a borrarse y a perder los detalles cuando los olvida la gente. Es clásico el ejemplo de un umbral que perduró mientras lo visitaba un mendigo y que se perdió de vista a su muerte. A veces unos pájaros, un caballo, han salvado las ruinas de un anfiteatro.”
El libro como una fuente de realidad, y verdad conceptual, parte desde el momento que se elige que es o no real, del proceso histórico, y las fuentes que con llevan a esto.
Los catálogos de arte, tanto de colecciones como de espacios culturales establecen el “real” arte, aquellas obras que circulan en un proceso investigativo curatorial, dándoles un valor cultural y mercantil. En el momento en que entran estas obras en circulación depuran el conocimiento que es real y no. El problema de esta depuración es que está ligada a conexiones sociales, mercantiles y políticas; estas validan lo que es y lo que no es, permitiendo y ejecutando planes para una línea cultural, y estética dentro de espacios culturales, así como la influencia en los futuros artistas generando una memoria seleccionada como en todo proceso histórico.
La destrucción de estos catálogos establecería una emancipación simbólica de memoria y realidad, el uso de armas urbanas atentando el catalogo es para mí una brecha social que permite ver la elitización del arte, el valor económico de una burbuja que beneficia a los coleccionistas pero no al artista, un sistema que explota las relaciones artísticas entre los diferentes estados culturales; relaciones que fluyen entre espectador, artista, curador, coleccionista, y demás personajes los cuales rodean la producción de arte en Colombia. Los catálogos seleccionados para el desarrollo de la obra son de eventos culturales en los que se mercantiliza el arte, de colecciones privadas, y públicas. Debido al movimiento en que se relacionan estos tres estados, lo público a lo privado y viceversa. Estas relaciones permiten que las obras se vuelvan reales, dado que circularán en espacios artísticos patrocinados y convalidados por intelectuales, investigadores que realizan una conciencia, de lo que es permitido y no dentro del arte, problemática que está en crisis y se refleja en los altos costos manejados por coleccionistas en la burbuja artística mundial.
También hay un problema grave de conciencia, y de actos en los cuales se refute este repetido sistema de acreditación dentro de la esfera artística nacional (especial mente en Bogotá, debido al sistema centralizado colombiano). Prohíben, promocionan y exhiben, pero no se pregunta de ¿cómo se prohíbe, como se promociona, y como se exhibe?, ¿De dónde salen los rublos para esa exhibición?, ¿quién está comprando?, ¿qué clase de empresas están detrás del coleccionismo de arte?, y ¿cómo estas entidades usan estos espacios privados para generar capital, o simplemente lavar dinero?.
Estas preguntas llevan a una inconformidad personal, por ello la necesidad de agredir estos libros no destruyéndolos del todo, si no dejando un mensaje de resistencia, un intento de des alienación plástica que alivia un poco la impotencia de no poder actuar ante los grandes engranes de una maquinaria artística mundial.
Libros seleccionados:
-Catálogo de exposición de la feria internacional de arte de Bogotá. 2016
-Appleton’s new spanish ditionary.
-“Canto cuentos colombianos” colección daros.
Libros intervenidos con armas cotidianas.
Dimensiones 30x30x30 cm
Instalación sobre repisa o pedestal.
2017