Texto completo de José Darío Gutiérrez sobre la pataleta de María Mercedes Herrera

  1. Como dicho, del proceso, la sentencia y del análisis del trámite jurídico y, sobretodo, para jurídico, esperamos identificar mejores prácticas para todos los interesados en el avance de la investigación y puesta en valor de los artistas, los investigadores, las producciones y la conformación de un patrimonio cultural. María Mercedes Herrera se hizo dueña de Gustavo Sorzano y aun hoy pretende que cualquier vista a la obra del artista y reflexión sobre su pensar y actuar, es 100% su particular creación. En consecuencia: 

 

  1. Ella es la única que puede curar y exhibir su trabajo. 
  2. Sigue luchando, en la apelación, para que Sorzano sea vinculado como demandado para que le resarza los perjuicios derivados de no actuar siempre a su favor o en consonancia con ella. Mantiene su afirmación de ella creó a Sorzano. 
  3. Declara que toda la obra de Sorzano existente no es obra artística, no es obra que pueda entrar en el comercio privado, es solo material documental por su específico carácter y su único destino posible el ser depositada en al archivo general de nación. 
  4. Pero tal propuesta y ya realidad parcial (pues parte de la obra de Sorzano ya está ya en el Archivo General de la Nación), tiene su condición: Ese y cualquier depósito posterior debe ser entendido como un corolario de su creación y, en consecuencia, solo analizable en consenso con ella. 
  5. Sustrae tajantemente la obra de Sorzano de la gestión comercial, y aun hoy, luego de la sentencia, en las apelaciones, reclama que espacio El Dorado debe abstenerse de gestionar la obra de Gustavo Sorzano y aun más, pide que se retire a Sorzano del WebSite de la galería. Mantener a Sorzano allí lo califica de «atrevimiento», persistencia en la violación de los derechos de ella, «actos de infracción de derechos de autor que para este caso son de naturaleza continuada»… 
  6. Pero el depósito total propuesto para la obra de Sorzano, la excluye a ella pues deja a salvo 18 obras (esas si no documentos) que el maestro le regaló en el 2012 y cuya entrega se hizo a la mano por Paula Piñeres y Nelson Prieto, entrega amparada con un documento redactado por la señora Herrera «para desvirtuar esta idea tan incómoda de que yo hice un trabajo de investigación por encargo del maestro Sorzano, o peor aún, que me quedé con unas obras que él había destinado para otra cosa.» Varias veces en la audiencia la señora Herrero puso en alto la independencia de su investigación y juró que no había recibido compensación de Sorzano.

 

Esta será la crónica de una pesadilla que para El dorado se inició el 10 de junio de 2019 pero para Sorzano con esta generosa aproximación del 25 de agosto por parte de MMH a GS…

 

  1. Cuando yo conocí a MMH, por remisión que a ella me hizo Sorzano, ella tenía dos preocupaciones: 

 

  1. La de cómo vivir de su profesión y, 

 

  1. La idea de hacer un libro sobre el Sorzano Integral: Artista, diseñador, arquitecto, publicista, músico, etc. cuyo patrocinio total Sorzano se lo había puesto en su mano a partir de la venta de obra de Sorzano.

 

Respecto de lo primero, y conociendo desde mis lecturas el trabajo de ella, la propuse en Espacio El Dorado como una posible redactora de piezas de sala y, ojalá, líder de un proyecto completo. Se le encargó de inmediato un texto sobre el Grupo El Sindicato de Barranquilla y otro para el proyecto de Leonel Castañeda con Bernardo Salcedo (Anatomía del artista). Tales textos le fueron pagados con la tabla de tarifas de la galería y, si mal no recuerdo, para al menos uno de los dos pidió considerar elementos que justificaban un aumento en la tarifa y así se acordó y pagó. Como proyecto de fondo quedó interesada en conocer mejor el trabajo de Leonel Castañeda y como base coincidente de tal interés, me compartió a la mano e impreso, un ensayo sobre tres artistas que acababa de presentar a una convocatoria… no recuerdo de quiénes trataba, pero efectivamente me quedó la sensación de hubiera sido bueno que ella hubiere incluido a Leo en tal ensayo, y de ahí la ilusión de que lo remediara iniciando entonces un trabajo monográfico. Ella inició conversaciones con Leo pero nunca volvió a mi para discutir sus honorarios pues la hasta ese momento buena relación con la galería, tuvo un cambio radical.

Estando en esas es que Sorzano nuevamente insiste en la necesidad de hacer una exposición cuyo objetivo básico sería la venta de obras para la financiación de su anhelado libro de investigación Sorzano Artista Integral.

Muy elementalmente se le pidió a Herrera que se encargara de ese proyecto, pero ella de inmediato, y en una actitud que nos sorprendió muy positivamente por su generosidad y sensatez, dijo que ya estaba bueno de ahondar en Sorzano, que sería bueno que alguien tomara su posta y avanzara. En realidad, no es justo decir que me sorprendió pues ella misma ya había dejado por escrito tal anhelo de avance en la página 218 de su libro.

De inmediato se le mencionó a William Contreras pues él había contado unos meses atrás en El Dorado su necesidad de entrar en contacto con Sorzano dado su interés en presentar ante el MAMM un proyecto con GS artista sonoro, tema que le interesaba mucho luego de su profunda investigación sobre María Eugenia Díaz.

Paralelamente a este relacionamiento, ella mantenía diálogo fluido con Sorzano: le revisaba los avances en su trabajo, le reportaba lo que veía en el Dorado, los planes con el nuevo libro, la representación de él en cabeza de Herrera ante el Mambo por la exposición el arte de la desobediencia, etc.

Es en abril de 2018, que Sorzano pone en contacto a Herrera con William Contreras y, ante el recibo del contacto, Herrera le dice a William que le escribe por solicitud de Sorzano y mostrando su disponibilidad a conversar y con mucho gusto ayudar con lo que pueda. Luego Herrera le reporta a Sorzano su encuentro con Contreras a quien califica de muy querido y con el deseo de que ojalá algunos de sus planes expo y curadurías con obra de Sorzano le salgan…. «A mi me cae bien, yo lo animé a que fuera a visitarlo»…

Es ya en septiembre 1 (2019) cuando se concreta el encuentro entre María Mercedes Herrera y yo en mi apartamento para ver la manera de financiar el nuevo libro de ella sobre Sorzano, se habla de la exposición comercial como fuente de financiación, ya a cargo de William Contreras y el involucramiento de Herrara en algunas de las actividades de la galería y el inicio de una relación comercial de Sorzano con Espacio El Dorado: Se alegran muchísimo de la inclusión de unos LEONARDOS (dicen ellos), hombre de Vitrubio (digo yo) en la muestra Murmurio… «Yuhu! Sorzano en El Dorado!, celebran, se felicitan, recuerdan que MMH tiene unos de esos «Leonados”, que sí, que tiene varios, la colección Herrera en profundidad Sorzano aumenta, ¿¿¿¿que cuánto valen???? 

Así se llegó, anécdotas más, anécdotas menos, al día de la inauguración… Todos felices, todos con ilusión…

3. El día de la inauguración, el 23 de marzo de 2019, desde temprano, 9 am, se instaló en la cafetería un TV con la transmisión en directo de Sorzano. Estaba feliz. Muy a su estilo, tomó control total de la situación, ordenó de todo, rechazó la comida que trataban de darle, creo que ni se levantó al baño, habló con todos los visitantes, muchos, muchos de ellos de su época en la publicidad. Fue un gran encuentro. Vino mucha gente. No creo que esa noche Sorzano hubiere podido dormir, estaba muy excitado… Por supuesto que estuvo presente la señora Herrera, Sorzano gritaba a todos que ella era su «descubridora», todos felices. Yo sano, como dicen, sin conocer los compromisos que luego, al ver las pruebas aportadas por Herrera al litigio, me develaban unos intereses paralelos, no necesariamente contrarios a los míos, pero en todo caso paralelos….

 

En ese mundo paralelo, ella luego le reportó a Sorzano, el 18 de abril: «la expo está genial», con El Dorado «quedamos en que quedábamos (sic) pendientes a ver si se puede hacer en MAMBO, y hacer el libro de Diseño Integral con todas las facetas de Sorzano». Tajantemente le advirtió: «Todo esto lo quiero hacer yo», «No más Williames ni Andreses»(1). Sorzano alega que no tiene control, ella le revira que sí lo tiene y le afirma que ella también (tiene control) (Ups!), ante lo cual Sorzano le aseguró que el libro por venir, el integral y financiado por él (cuando pueda) lo hará ella. Y afloró entonces la inquietud de oro para esta desinteresada e independiente investigadora, esta ideóloga anticapitalista contra la comercialización del arte en el mejor espíritu de los 60 y quien ya en ese momento se había asegurado un buen número de obras de Sorzano, más de viente en todo caso, todas seleccionadas en primera mano: ¿Y José Darío dijo algo de regular los precios de las obras? 

¿Qué pasó entre el día de la inauguración donde todo el mundo estuvo feliz y el 18 de abril en donde aparece ese fraccionamiento Herrera Sorzano por el control de la obra?

Preciso por esos días, el 20 o 21 de abril, recibí una llamada de uno de los productores de la radio de la Universidad Nacional diciéndome que por sugerencia de Ricardo Arcos (aquí me aparece una duda recurrente: ¿ese nombre es real o es inventado?) me invitaba a participar el viernes en la grabación de un programa sobre la exposición, en esos días abierta al público en el Museo de la Universidad, titulada La naturaleza de las cosas: Humboldt, idas y venidas. 

Esa exposición fue patrocinada por el Goethe Institut en el marco de la conmemoración de los 250 años del natalicio de Alexander von Humboldt, el Goethe-Institut y la Dirección de Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia y fue curada por Halim Badawi y tuvo el apoyo del Proyecto Bachué y la Fundación Arkhé y es por ello que pregunté a mi interlocutor sobre quienes participaríamos. Me dijo que el director del programa, Guillermo Parada, Arcos y yo… Indagué por Halim y me dijo que se había excusado de asistir y de ahí mi nombre como suplente… Le confirmé mi asistencia y de inmediato me comuniqué con Halim. La explicación fue simple: no quería verle al cara a ese señor Arcos, nada bueno podía salir de ahí. Le dije que yo también tenía muy presentes mi recelo y fastidio con el señor Arcos, pero que ese señor no me sacaba de ningún lado y que allí estaría en nombre de los dos.

La anterior vez que yo me habría visto con el señor Arcos fue por los días de la inauguración, primera muestra, de la Galeria Espacio El Dorado, la exposición Nudo Ciego de Eduard Moreno, en septiembre de 2015 si mal no estoy. Todavía recuerdo la potencia de esa muestra. En esa ocasión el señor Arcos se me acercó con la idea de que podría hacer una reseña en la Revista ArtNexus, de la cual era y es colaborador, pero que los honorarios pagados por la revista no correspondían a su protoformación y protonivel profesional y que entonces la galería tenía que pagar el honorario justo. ¿La payola?, es decir, ¿la payola al crítico? ¿la criyola? Eso me pareció un imposible, una forma de proceder y actuar que reñía con las ilusiones del Proyecto Bachué (yo) y de Espacio El Dorado (Valentina). Por supuesto que lo rechacé y mandé para la mismísima porra. A los pocos días Eduard me comentó de la aproximación de Arcos en el sentido de que él estaba interesado en reportar la exposición pero que yo no colaboraba, pero que una buena obra de él sería suficiente para compensar. Mucho agradecí y aun hoy agradezco a Eduard su entereza y que sin dudarlo lo hubiera manado igualmente para la mismísima porra. Por supuesto que la exposición no salió en ArtNexus…. y creo que ninguna posterior…

Pero volvamos al momento del programa en la Radio de la Universidad Nacional. Ese 24 de mayo Arcos llegó tarde y el programa ya había arrancado, saludos a señas, y oh sorpresa: rompiendo mi prevención, el señor Arcos fue el más amable.

Al salir, salí apurado, con la idea de haber salido limpio y por el contrario coronado con el encuentro. No obstante la despedida y los agradecimientos dados en la sala de grabación, Arcos me alcanzó en las escaleras y me planteó una situación que el mismo definió como «sumamente incómoda y delicada»: el plagio de William Contreras al libro de MMH y del indebido reconocimiento de El Dorado al trabajo de MMH. La urgencia, me dice, está en que está trabajando en una reseña para la revista ArtNexus y que preferiría que la situación de inconformidad o de «ninguneo» de la historiadora Herrera fuera compensada y satisfecha conforme a su merecimiento… entendí que todo esto se resolvería con un pago a MMH para que saliera de su insatisfacción y frustración. Hasta ese instante no tenía ni la más mínima sospecha de tales situación y aspiración. Adivinen para dónde lo mandé… creo que todavía no ha encontrado un lugar posible para iniciar el retorno….

Inauguración: 23 de marzo.

Primeras insatisfacciones de MMH frente a Sorzano: 18 de abril.

Primera insatisfacción de MMH ante María Alejandra: 18 de mayo

Agencia acuciosa y de buen componedor de Arcos frente a mi: 24 de mayo.

Mail de reclamo de MMH: 10 de junio

4. Ese Andrés que mencionan, por seguro es Andrés Arias, un periodista y escritor que no hace tanto había sacado una muy buena novela sobre Carolina Cárdenas descriptiva del mundo del arte y de la sociedad Bogotana en los años 30. Él, curiosamente, fue el primero en ofrecerme obra de Sorzano, unos dos o tres años antes de que este rollo cuajara. Me ofreció el inventario total remanente de obras de Sorzano, me dijo lo había recibido en pago de un terreno en Bucaramanga. Nunca entendí bien esta vuelta, tanto Arias como Sorzano (a quien pregunté luego) dieron evasivas a mi ánimo de precisión. En todo caso, a mi no me interesaba el bloque, a mi me interesaban una pocas obras y confiaba en que llegaría el día en el que me llegarían… los que buscamos cosas siempre tenemos esa ilusión, y créanme, son más la veces que el destino nos trae las cosas que aquellas en las que nos la arrebata…. es algo así como la ley de la atracción…


En todo caso, sí había (y aun hay) una línea de conversación que me interesa con Andrés: La ampliación o continuación de su investigación y novela sobre la sociedad Bogotana de los 30 pues ahí hay un asunto, un sustancioso chisme de sociedad, también relacionado con el arte, también relacionado con la familia Dávila y que termina o efectivamente terminó en un prestigioso, mejor dicho, en el mas prestigioso restaurante de la Cartagena moderna, el Capilla del Mar, también base de un gran y homónimo hotel de los 70, y en la Isla San Pedro de Majagua en las islas del Rosario y en que las herederas de esa fortuna que amasó la familia Daguet (Madame, Pierre y Mademoiselle) terminara en manos de tres señoritas de Chocontá y el Ocaso, Cundinamarca (Isabel Sánchez y Adela Vega en las mesas y Emiliana Díaz en las ollas y sartenes). Sin embargo, Andrés y alguien más, o un par de personas más que ahora no recuerdo, recuerdo que insistían en otra posible ruta de continuidad para el trabajo de Andrés: la vida de Rozo en México. Tengo muy vago este recuerdo, aunque creo que por algo estuvo involucrado Guillermo y seguramente Christian. El caso es que al tiempo Andrés me reclamó mi incumplimiento en el patrocinio de su viaje de investigación a Mérida y México. Nunca tuve consciencia de tal compromiso o deuda… Por eso tal vez tenía fuera del foco a Andrés en este asunto pero, fíjense, todo esto empieza a tomar forma al llegar a este primer momento de desamor entre MMH y Sorzano. Lo de México y Rozo no recuerdo si es interesante, lo de Madame Daguet y las capillas del mar y de la tierra si que me parece un buen tema…

5.La dinámica de la exposición arrancó muy bien: Gran flujo de visitantes, la recreación del Momentum 43 fue un súper éxito, cantidades de contribuciones, recuerdos de las visitas infantiles a la sala del tesoro del Museo del Oro al escuchar Zeguskua, la conversación con los protagonistas del arte sonoro en Colombia, lo máximo… Se captó el interés de un par de coleccionistas extranjeros que solicitaron oferta. Se rompió un muy importante veto local, si bien no su apreciación, si en su aceptación y entendimiento de que efectivamente “algo había ahí”. Una revista internacional pidió información completa, una institución del exterior pidió información…. Se habló de una presentación al Moma ante un muy positivo comentario de un profesor americano pero…….. las acciones de cancelación y las amenazas de demandas a partir de un PLAGIO en letras mayúsculas, lideradas estas por Arcos en su FaceBook y su blog Vistazo crítico y MMH aconsejaron prudencia y por 3ra. vez Sorzano tuvo una salida en falso, un nuevo salto al vacío….

El detonante, el amoroso Arcos. Por supuesto que a Arcos le cerró el círculo perfecto: Una MMH sin el trabajo añorado, sintiéndose ignorada y sobre todo sacada de la pesca milagrosa, frente a un artista al que le dedicó (según ella) gran parte de su vida e ilusión y que ahora le decía que no tenía el control de nada, una galería como El Dorado que daba papaya para ser objeto de su tan anhelado castigo por no reconocer la importancia y valor de su saber y valor de apoyo y, sobre todo, por no pagarlo, ambos con su profundo y resentido ánimo de venganza. Aquí el que llevó del bulto fue William, los demás teníamos dignos merecimientos para estar adentro, ¡ese sí que llevó el gancho ciego!

No va más, basta de tanta injusticia y abuso, por la reivindicación de los ideólogos, a demandar!!!!…. El asunto sale a la luz con un mail de MMH a mi el 10 de junio de 2019 (Noticia prima, más de tres años ya con este rollo).

Mucho tiempo y argumentación se consumió en el proceso y su audiencia dedicándose el reclamo o aseveración repetitiva (como todo lo que hicieron en el proceso: todo era improcedente, reiterativo y repetitivo) de MMH sobre el uso abusivo y explotación de su libro, en beneficio de la galería y en perjuicio de ella por parte de Contreras y de El Dorado al haberlo puesto como central, dentro de la sala de exposiciones y sobre un pedestal. Increíble la sola idea de ponerlo en un pedestal, qué lisérgico, pero así vio MMH su libro en la sala de exposiciones. Más alucinante caer en cuenta de que en este primer escrito, el primer mail de inconformidad , al denunciar el uso abusivo de su libro, literalmente dijo: 

«A manera de justificación, o para disimular la ausencia de un texto de exposición, se vende afuera, en el espacio de la tienda, mi libro.»

Pero entremos en el fondo del mail (igual aquí se los comparto).

«… en días pasados lo he conversado con colegas y amigos investigadores, y todos coincidimos en que se constituye en un plagio que atenta contra la seriedad y el rigor que debe tener cualquier actividad intelectual que se relacione con el mundo del arte…»

Qué pobreza de argumentación… una falacia ad vomitum (sic, así lo digo yo)… ¡¡¡lo he conversado con mis amigos y mis colegas y TODOS estamos de acuerdo en que me han plagiado…!!! 

«… Es sabido que Contreras…» = Falacia ad hominem… sucia, sobresalir a partir de descalificar a los colegas, puerca. 

«… Este trabajo riguroso me llevó algo así como cinco o seis años de ejercicio profesional. Durante este tiempo intenté llevar a cabo exposiciones, solo que esto fue un poco más complejo porque la respuesta en general era que Sorzano era un publicista y no un artista, y otras situaciones que no vienen al caso contarte…»

Entonces debe leerse muy claramente: intenté y fracasé. El libro no abrió las puertas que yo esperaba, el libro no logró convencer a alguien de que Sorzano era el gran artista que es, un artista muy importante… qué gestión tan débil y tan pobre!!!.. el mundo me persigue y me odia…

«… Durante este tiempo también traté de comunicarme contigo, a través de Ricardo Arcos Palma, con quien te escribimos un correo en diciembre de 2016 pero este correo no tuvo respuesta de tu parte…»

Nada que ver con el tema del reclamo pero en todo caso verifiqué y ese correo nunca existió. Asumo, por el reclamo de no contestar, que ellos veían en mí una posible ruta para lograr el reconocimiento de Sorzano, si fuera de otra manera no me lo reclamarían.

Además, a continuación me lo reconoció explícita y expresamente: «Ahora bien, cuando me entero de la noticia de que tú, como coleccionista y comprador de arte, vas a visitar a Sorzano a Bucaramanga y a comprar un conjunto importante de sus obras, siento una gran satisfacción porque como estudiosa del funcionamiento del sistema del arte entiendo que un artista necesita de la galería y del museo.»

«… Cuando William Contreras me contacta, le deseo la mejor de las suertes en su curaduría y no me constituyo en obstáculo en su comunicación con Sorzano…» 

Eso es verdad, por eso llegamos limpios a ese momento, el de la «inconformidad», al del reclamo que se concretó en: 

«¿De qué manera podría la galería El Dorado resarcir esta situación?» …. Qué curioso, alega plagio pero nunca siquiera buscó a William….

Obvio: ¡¡¡¡A por lo que vinimos, a por el billete!!!!

Y para cerrar, esta otra perla: «Desde ya manifiesto mi interés en curar las siguientes exposiciones relacionadas con Sorzano.» Yo veo ahí un real arrepentimiento, un acto de contrición por no haber aceptado el encargo para este caso.

Mi respuesta, muy sencilla: 

«En cuanto al valor, validez y originalidad del trabajo de William, así como de su solvencia y honradez profesional, todo concretado en que afirmas que incurrió en un plagio, solo puedo decirte que de plano y categóricamente rechazo tal afirmación, pues a mi no me lo parece…. deberías, como responsabilidad legal que le cabe a todo ciudadano que conoce la comisión de un delito, denunciarla ante las autoridades competentes, ojalá respaldada allí sí en concreto con los colegas y amigos que te han animado a formular esa afirmación.»

«De mis intenciones no te enteraste de carambola o de casualidad. Personalmente, expresa y directamente te pedí que acometieras la curaduría, me dijiste a mi y a María Alejandra (y también a Gustavo) que ya considerabas suficiente la dedicación que le habías dado a Gustavo Sorzano, que tus intereses en ese momento eran otros y que era importante que alguien tomara la posta. Hablamos incluso de otros intereses de la galería en los que podríamos converger. Para lo de Gustavo se te mencionó el nombre de William y estuviste de acuerdo. Celebramos y reconocimos tu generosidad y tu expresión de que no querías ser «ese tipo de investigadores que se adueñaban de los artistas». Asististe a la inauguración y nada de esto se mencionó, ni una pista….. Sí me dijiste a mi y a otras personas que viéndola montada te arrepentías de no haberla acometido tu. Adicionalmente, compartiste con Gustavo tu satisfacción a través de la transmisión que en vivo se tuvo todo el momento en que estuvo abierta la muestra ese día.»

 

6.La demandante MMH, como era de esperarse, ha apelado la sentencia. Entiendo que el Tribunal tendrá algo así como seis meses para resolver. Mi crónica continuará porque lo básico en ella es recorrer los entresijos de este asunto y eso no cambiará…

 

7. Llegado el análisis a este punto, a esta fase post inauguración, a partir de las pruebas e informaciones recibidas en el proceso, particularmente las aportadas por la demandante y por Sorzano, es cuando el asunto empieza a tomar sentido para mí: esto no es un reclamo por unos honorarios de tres o veinte millones de pesos, o por un libro de distribución gratuita que estuvo o no exhibido en un pedestal en la exposición, aquí hay mucho más: un gancho ciego, digo yo…


Tenemos un reilusionado artista (Sorzano) que en el año 1985 hace un inventario de su obra en reacción a no haber sido invitado a participar en la feria de arte más importante de esos años, la FIAC en París. No recuerdo los detalles de esa no invitación, en todo caso la exposición en la Galería San Diego, Bogotá, se llamó «Sorza No FIAC», y se organizó al modo de una venta de garaje con todas las obras clasificadas y numeradas y un gran evento de participación planeado. La inauguración de esa venta resultó para el día de la toma del Palacio de Justicia por parte del M19, o sea, nadie llegó. Se movió entonces para quince días después, es decir, ¡para el que resultó el día de la avalancha de Armero! 

 

No sé el resultado final de tal intento, algo habrá vendido pero en todo caso el siguiente momento para esa obra de Gustavo Sorzano fue aquél en que William Contreras y yo, en compañía de Nelson, con el pasto a la altura del pecho, llegamos al antiguo gallinero de la finca Zeguscua, frente a la laguna sagrada de Ubaque y la sacamos y movimos a la casa principal para iniciar el proceso de clasificación y recuperación con la idea de la exposición comercial en El Dorado. Las condiciones de conservación de la obra, en cuanto a ataques de bichos, hongos, desastres de humedad, etc., no era muy distinta en el gallinero que en la casa principal.

En ese momento, el previo a la exposición en El Dorado, el tercer intento de ventuta, ventuta que daría los recursos para el ansiado libro Sorzano Integral a cargo de MMH, nos encontramos entonces reunidos con una juiciosa investigadora que en el 2010 había encontrado un DORADO compuesto por: 

  1. Un artista ansioso de ser descubierto, persona afable y muy generosa y amenazante de hacer una gran hoguera con la totalidad de su obra. 
  2. Un tema de investigación totalmente coincidente con su ya establecida línea como historiadora/investigadora del arte conceptual en Colombia. 
  3. Un artista formado en la pepa del Pop, del Fluxus y otros movimientos de vanguardia en New York y Cornell, asistente, entre otras cosas, de Moog ¡el del sintetizador!, amigo de Joko Ono y Wharhol y otros más. 

 

Era entonces esa oportunidad de oro del investigador, la posibilidad de descubrir para el mundo a ese artista, de tener la primera mano para recibir su información y de tener el control de un muy importante número de su obra inédita hasta entonces… ¡todos los elementos para romperla!! 

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Una MMH que sería millonaria!!!!!!!!!! 

Pero a quien luego de ese gran esfuerzo que significó su investigación y que por horas ella detalló y detalló en la audiencia y sobre cuya estructura e importancia también en al audiencia disertaron varios expertos, texto de investigación que en ningún momento de la audiencia o del proceso, alguno de los participantes dejó de reconocer como concienzudo e importante.

A tal sueño de oro se le atravesó: 

  1. Que, a pesar del cuidado y precisión, el libro no tuvo el impacto previsto, es decir, que ninguna institución se interesó en hacer una exposición sobre Sorzano y realmente nadie se interesó en averiguar sobre obra disponible para la venta (salvo yo, que quería unas seis…).
  2. Un Andrés Arias, vendiendo en bloque el lote total de la obra de Sorzano, por parte de un Sorzano nuevamente frustrado por la no aparición de la merecida gran exposición institucional, pero en todo caso y al parecer, sin contar con ella en este brinco (me parece a mi…) y, para completar, publicante de una reseña crítica sobre su libro en el Boletín Bibliográfico del Banco de la República, reseña que lo calificaba de aburrido y desaprovechante de elementos lúdicos siempre presentes en la obra de Sorzano, reseña que, es obvio, a ella no le agradó… Mejor dicho, mucho esfuerzo, cero resultado, ¿amargura total.

 

Y yo ajeno… Igual, si no fuera por lo torcido de lo que siguió, me daba la misma…. Igual sigo pensando en que la obra de Sorzano tendrá su gran momento… tal vez es la persistencia del momentum lo que nos tiene en ascuas.

 

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