Este 31 de octubre me encontré con la plana mayor de la Fundación Cultural Waja (Paola Correa, Gustavo Gutiérrez), junto a Camila Cristancho y Daniel Poveda, para hablar sobre el proyecto Secretos y espectros patrimoniales de la Localidad de Santa Fe. Le dimos contexto al trabajo que ha venido haciendo la Fundación desde 2010, su relación dialéctica con las instituciones culturales del país —entendiendo que ellas existen no por el paternalismo de dos o tres gomelos chévres, sino porque nuestros impuestos pagan los megasueldos eternos de esos dos o tres gomelos chévres—, la trascendencia del cuerpo (humano y no humano) en el espacio —público y privado— y su protagonismo al establecer la construcción de patrimonio en cada momento y espacio que ocupa. No dejamos de abordar la necesidad de pensar ese concepto como un ente vivo, pues patrimonio no es lo que nos digan que es patrimonio, sino lo que consideremos, cada día, que es patrimonio.
Este proyecto fue financiado por el Programa Nacional de Concertación Cultural (Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes) y el Programa Distrital de Apoyos Concertados 2024 (Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte)
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