Peli-culas y peliculonas

Debo confesar que le tenía un poco de resquemor gracias a Ninfomaniac,  que para mí fue una especie de “pariente real” de la película ficticia de la serie SeinfeldRochelle, Rochelle: el erótico viaje de una chica de Milán a Minsk. En fin, es de esas películas que son escandalosas ante la publicidad y la prensa, pero que en pantalla no lo es tanto. El sexo podrá ser explicito, pero no es nada del otro mundo. Uno ya conoce la pornografía señores. Ahora con esta nueva entrega pasaba lo mismo. Decían en artículos que la gente se salía de la sala por las escenas fuertes y no sé qué más, y desde esa premisa me parecía que me iba a encontrar con otro engaño. Y si lo fue, pero de buena manera. La película es una obra que pone en discusión la percepción y conjeturas de un “artista” que no es nada más y nada menos que un asesino en serie, cuyos crímenes los describe como unas obras de arte. Un dialogo constante que comparte con Verge, compañero y testigo de estas confesiones y en su descenso al infierno. Una divina comedia, ya me entenderán.

Una película recomendada para todos aquellos personajes que están o les interesa meterse en ese mundillo que llaman arte, y esto lo digo sin proponer que sigan los pasos del perturbado protagonista, un genio incomprendido si me lo preguntan. Y si, tiene escenas violentas, pero nada tan fuerte que no haya visto antes.

Y Von Trier, cualquiera se descacha, pero vos seguí haciendo lo que se te da la gana. Hurra por esta y demás películas suyas.

Luto
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