Mi armadura es la ternura – Tatiana Saavedra

«Hace más de un año cambié de horizonte y me mude a la calle de las culebras, donde una noche por sorpresa me encontré a Medusa. Me hice entonces una piedra frágil e insegura; y sin embargo, contra todo pronóstico y paranoia, me reconstruyo de a pocos mientras conjuro fuerte que mi armadura es la ternura.

En esta zona llena de hostil belleza y del murmullo escandaloso de la calle, salen grandes sentimientos que cobijan mi cuerpo a pesar del frío. No ha sido solo verborrea, porque entre tanto silencio todo grita y se sacude; y aunque una vez congelada me sienta sin señal, confío en la práctica de amar y compartir como defensa del calor.

Salgo al mundo cargada de todo aquello que intenta protegerme. Habitar mi piel con esas otra pieles y acuerpar la correspondencia con ese nadie que somos todxs, desemboca esta escritura de contacto: una superficie suave y porosa de espectros cotidianos que mutan diluídos entre sí, una acumulación de diferentes cuerpos que revelan el estado liminal de lo que hemos construido.

Nada es tan malo ni tan bueno, ni tan blanco ni tan negro, y en el mapa de la duda, el secreto solo muestra la necesidad de confiar para dejarse caer a la latencia de lo que experimentamos. Vivo en la calle de las culebras en una zona y ciudad donde la fe es un espectro. Entre rangos, amarres y dominios, navegando un porvenir que les sirve solo a algunxs ¿Quién en verdad te escucha y se [con]mueve?”

Proyecto apoyado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes – Programa Nacional de Concertación Cultural -, Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte – Programa Distrital de Apoyos Concertados – 2024

@fundacionculturalwaja

Guillermo Vanegas
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