Le compré la foto a Juan…

después del desmontaje del Regional que hizo Natalia Gutiérrez en Tunja. Preferí hacerlo con él antes que darle la plata al galerista (aparte de salirme 60% más cara NADA me garantizaría que le diera el dinero al hombre). De ella me llamó la atención algo que siempre he envidiado en las familias de los demás: el orgullo tranquilo de personas atentas a construir momentos significativos sólo para sí mismas. Eso me decidió a atesorarla. Eso y el encanto de las sonrisas de ambos -como después de una carcajada sincera-, el suave abrazo que le dan a sus mascotas o el modo como visten la moda de la época.

Siempre mantuve mis distancias con Giovanni Vargas, pero eso no me impidió admirar su tesis de pregrado, el telar enorme que mostró en el segmento del Nacional que curaron @mariatropical y @mardemario o el mapa de signos de su LuisK. Citaba estas obras cada vez que podía para ejemplificar lo que más me emociona de pensar en arte contemporáneo: la alegría de que alguien me permita verlo reflexionar en público. No hay nada mejor y eso lo sabía hacer ese caballero.

Lo lamento mucho, Juan.

Guillermo Vanegas
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