Una mujer fue asesinada en la madrugada, presuntamente por taxistas que amedrentaron a esta persona justificando que los estaba atracando, la mujer, parte de la comunidad LGBTIQ+ se llamaba Adriana y su asesinato despertó la indignación de las Colectivas de personas con experiencias trans. Aquí vemos a Amapola, activista de la causa Trans increpando al Secretario de Gobierno de la Secretaría de Gobierno de Tunja, exigiendo justicia por lo que es a todas luces un crimen de odio.
#28J día del Orgullo LGBTIQ+ y conmemoración de los dos meses de #ParoNacional es nuevamente escenario de protestas en la ciudad de Tunja. El esclarecimiento de este crimen es la nueva exigencia de la comunidad que se manifiesta contra la Homofobia y la Transfobia.
#Pride 🏳️🌈🏳️⚧
Registro por: Emergentes.
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CRIMEN DE ODIO*
por: Kitengue
No hay descanso en las noches frías desoladas desesperadas de la abandonada y cruel ciudad, no huele a ternura en medio de carreteras destrozadas y sensaciones pútridas de muerte y sevicia, cuando salen a las calles las bestias de la muerte que corran todas las vulnerables victimas del desprecio, no habrá descanso para quien se muestre en su esplendor y decida existir en libertad y en amor.
No hay piedad para quien sufre día a día, año tras año, por los siglos de los siglos, pues nuestro dios de plomo y violencia exige sacrificios. Que ardan los débiles, las putas, los travestis, los venecos, los guerrillos, los vagos que no dejan trabajar. Que se despedacen una y otra vez cual círculo infernal de visión dantesca. Dios demanda viseras desparramadas por los andenes del olvido, llantos ciegos para el placer divino.
Dios desea el deleite de las hordas voraces que aniquilan, caníbales, a su propio ser, su propio cuerpo manifiesto en otras.
Maten indigentes drogadictos pues a nadie le importa, torturen en grupo a individuas indefensas, y a eso llámenle justicia, justicia divina avalada por el altísimo. Aquí, en la noble, en la culta, en la hidalga, no caben los fenómenos, enfermos, desviados, sidosos sacos de carnes que insultan la impoluta cara de la maldad. ¿Aprueba el pueblo los crímenes de odio? con fervor y euforia, piden las cabezas de los engendros que manchan de vida y amor las fachadas hipócritas de esta fría y morronga capital del altiplano. Saldrán en grupos con bates a matar la fiesta de las maricas, saldrán con carros amarillos a masacrar la democracia e implantar su régimen de monstruos hechos hombres.
Porque dios se respeta, y dios odia, odia profundamente, depositando la sangre en un abismo de brutal miseria interminable, cuerpos apilados en paisajes desmembrados y viscosos. Somos odio, somos Colombia, y les mataremos a todes. Aquí está mi cuerpa destrozada, tirada en una zanja esperando ser comida por las alimañas. Aquí están mis tripas derramadas, oreándose en la noche más oscura del olvido. Aquí esta mi cabeza machacada, llorando la injusticia que es vivir y ser quien fui. Aquí está mi amor descuartizado, echado al río por la gente que reza en las iglesias. Aquí está mi alma torturada, linchada por devastadores ciclos de guerras microscópicas.
Aquí, en Tunja, en la madrugada, en mi nombre hecho añicos, La Biopo, Adriana, en los pedazos de carne pegados en zapatos de taxistas. Aquí estás tú también.
