𝓞𝓵𝓪 𝓭𝓮 𝓷𝓾𝓮𝓫𝓸 𝓷̃𝓮𝓷̃𝓮𝓼 •

Estoy muy triste porq no incluyeron mi metida-de-dedos-en-la-boca a 𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 en su introspectiva.

Pero WORRY NAAAAT!

Yo no le apunto a museo fachonal ñeñes. El narcobollo se vende mejor afuera —aunq no les miento que Franklin Aguirre me quería incluir en una teguaduría titulada «Beatris Gozáles & Friends». Qué man TAN peye ¿no?

Disculpen las malas imágenes. Las buenas las perdí en un avión y cerrar de ojos.

Pake vean 🤠:

Entre el 9 de septiembre de 2015 y el 23 de abril de 2016, más de una docena de obras de arte realizadas por artistas contemporáneos colombianos se tomaron las paredes, columnas, corredores y otros recovecos del Centro para los Estudios Latinoamericanos David Rockefeller, el cual hace parte de la Universidad de Harvard. La exposición se tituló “Prosthetic Realities: Fake Truths and True Lies in Colombian Contemporary Art” (“Realidades prostéticas: falsas verdades y mentiras verdaderas en el arte contemporáneo colombiano”)1 y fue organizada por el colectivo Decabeza Curaduría conformado por Catalina Acosta Carrizosa y Jerónimo Duarte Riascos. La muestra reunió una selección de trabajos que cuestionan los límites entre las categorías de lo verdadero y lo falso e incluyó a Simón Hosie, Pedro Manrique Figueroa, Juliana Escobar, Lucas Ospina y Paola Díaz, entre otros.

[…] el visitante de “Prosthetic Realities” se encontraba con una serie de documentos […] una carta escrita a mano con letra pequeña con muchas correcciones y con errores gramaticales y ortográficos. Dicha carta había sido enviada a la artista colombiana Beatriz González en 2009 como resultado de una convocatoria pública hecha por ella en la cual invitó al público a intervenir una de sus obras, Ondas de Rancho Grande (2008), que circulaba en ese momento en un periódico nacional. La protagonista de esta litografía era Yolanda Izquierdo, líder de un grupo de desplazados que reclamaban la restitución de sus tierras usurpadas por fuerzas paramilitares durante la primera década del nuevo milenio. Izquierdo fue asesinada en enero de 2007, lo cual generó una serie de actos simbólicos que buscaban conmemorar su legado.

Dentro de este clima de intenso duelo, González creó una imagen que honraba la memoria de Izquierdo y le atribuía el lugar de una santa. Como parte esencial de este propósito, González invitó a los colombianos a apropiarse de este ícono y produjo una serie de 10000 copias, las cuales distribuyó de forma gratuita a través del periódico El Tiempo.

Dirigida a Beatriz, la carta expuesta en “Prosthetic Realities” parecía ser el testimonio de una “humilde lavandera anónima” que daba cuenta de las dificultades de su diario vivir en Colombia (Acosta, Duarte et al., 2015). La misiva mencionaba la precaria situación económica de la autora y la forma como su situación personal la había llevado a considerar a Yolanda Izquierdo una santa. Este testimonio impactó fuertemente a la artista, quien creó una nueva serie de grabados y pinturas basada en la carta, además de una exposición titulada “Carta furtiva”.

González también inició una búsqueda nacional para identificar a la escritora utilizando una alocución en la emisora de radio La W y un anuncio en El Tiempo. Su búsqueda concluyó cuando la artista, y el público en general, se enteraron que el texto había sido escrito por el artista y arquitecto Simón Hosie. Este cambio de autor desató una gran controversia en el mundo artístico local donde varias figuras acusaron a Hosie de embaucar al público colombiano. Además, varios críticos de Hosie tomaron Carta de vida de una lavandera (Carta furtiva) (2009) como una ofensa a una figura del arte colombiano reconocida dentro y fuera del país. La carta de Hosie logró engatusar no solo a González, sino a toda Colombia. Su lavandera agarró pueblo.

Hosie reveló su verdadera identidad a través de una acción en el corazón de Bogotá, en la plaza de Bolívar. Allí instaló una pequeña estructura hecha con materiales precarios que imitaba viviendas marginales ubicadas en la periferia de la capital colombiana. El artista habitó su armazón durante varios días hasta que las autoridades policiales confiscaron los objetos dentro de la estructura, produjeron un parte oficial y dieron fin a la obra. “Prosthetic Realities” incluyó varios de estos documentos, no solo la carta que desató esta situación social. En la misma pared, los curadores incluyeron tres registros fotográficos de la acción pública realizada por Hosie, el parte policial que describía los objetos incautados por la policía y la grabación de una entrevista realizada por Alberto Casas a Beatriz González para la cadena radial La W. De esta forma, la exposición relataba de manera fragmentaria, decididamente incompleta, los efectos tangibles de una persona que nunca existió.

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Andrés David Montenegro

“Falsos positivos en Harvard”
En:
ERRATA#19. AFECTOS, AFECTIVIDADES Y AFECTACIONES, enero-junio 2018
Nicolás Consuegra
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