LA VENGANZA O LA MIEL

 

No creas que es sólo la venganza, esa sopa fría sin plato,
esa niebla gris delante de tus ojos, de tu ropa y que pringa tu silla y tu salón. Es ese aroma a carne podrida, ese pitido de sierras sinfín cortando huesos, que resuena como en la oficina de una fábrica de lámparas negras. Soñé que montaba una moto Kawasaki y le había pegado una calcomanía de la tortuga Dartagnan y detrás venía un escultor lanzando semillas a la tierra y Fernell Franco le susurraba: “camina, mejor camina que es bueno pal corazón”.

Es el vino el que intenta reemplazar a la sangre, como el eco de una voz, en una voz en una bodega. Camino frente a unos estantes blanco con rojo, veo cajas de cedro perfectamente ordenadas, sé que son esculturas por la etiqueta en las cajas y un sonido especial. Debo saber la dirección del viento para no perderme:

121-  mdf
342-  acrílico
773-  madera
534-  vinilo
125-  cartón piedra
436-  cerámica
007-  bronce
398-  tierra
699-  plastico mate
200-  oro
111-  plasma
034- neon

Un icosaedro de plástico puede ser el universo entero, ¿me entendés? Pero debes descubrirlo, no solo mirar la pantallita de colores y ver cómo se pixela o rezar una oración y luego sonreír, y gritar «¡¡ya lo tengo, ya sé que es, lo ví en la sinagoga!!”. Tendrás que esperar.

Lo que leí en los poemas de Arturito Curbelo, Meteorito, es que sólo son líneas con las que Jania, Javi y Felisa se divierten por azar, en un momento de amor infinito, siendo ellos mismos el icosaedro que alguien dibuja y ama y cuida, como a una Rosa, como una abeja baila delante de otras abejas en un panal susurrando: «aquí está la miel amigoooous».

Jorge Acero Liaschevski
Jorge Acero Liaschevski on FacebookJorge Acero Liaschevski on InstagramJorge Acero Liaschevski on Vimeo