Editorial

18 razones por las que Esferódromo, de Nicolás Consuegra (Espacio Odeón, 10-17 de febrero, 2018) es un Manual de Etnografía Cuidadosa, necesario en períodos de banalización del urbanita pobre

1.- Por citarse a sí mismo en extenso: con este documental, Consuegra revisita un tema que enunciara ya en 2008 en modo diorama con actores.

2.- Por vincularse con ese grupo de intelectuales que desde hace más o menos dos décadas viene trabajando el prolongado proceso de deterioro, abandono y gentrificación del centro histórico de la ciudad de Bogotá.

3.- Por afianzar su propia mitología individual, permitiéndose pasar por varios de los roles que ha trasegado a lo largo de su vida: niño que miraba asombrado, adulto que ironiza sobre su propio interés, antropólogo silvestre observando minucias.

4.- Por proponer un retrato de grupo bastante cercano a una serie de hombres viejos que no sabe muy bien qué hacer después de concluir su jornada laboral (si trabajan), o el día (si no lo hacen).

5.- Por analizar un grupo conformado aleatoriamente, pero dispuesto a perpetuar (mientras pueda), una alternativa a los mecanismos convencionales de distracción de la sociedad del trabajo.

6.- Por comentar el frágil proceso de construcción de esos vínculos mediante la acumulación de metáforas: a lo largo del video un actor profesional comenta la dificultad de su personaje para resolver la rutina mientras acompaña su desasosiego con una adicción.

7.- Por resolver en clave de documental performativo la neurosis que suele atacar proyectos de corte etnográfico: ¿cómo podré acercarme de la mejor manera posible sin irrespetar a quien miro?

8.- Por trazar con esa decisión una lectura sobre su propia presencia como autor: ¿de qué modo edito lo grabado para mostrar mejor un entramado del que soy ajeno?

9.- Por el montaje que aborda la composición mediante pares opuestos: día (preparación del lugar para el juego) – noche (uso); actor profesional (hilo conductor) – actores naturales (testimonio); movimiento del juego (vida) – detención del juego (decadencia).

10.- Por jugar con los elementos encontrados en la locación para intentar el humor: luego de enfatizar en los letreros que prohíben fumar dentro del local, la cámara se dedica a mostrar hombres y mujeres encendiéndose cigarrillos y fumando, discutiendo y fumando, riendo y fumando.

11.- Por mostrar –o redactar, la narrativa del video no permite saberlo muy bien–, un informe sobre la compañía necesaria entre humanos mediante declaraciones tipo: “somos una cantidad de solos allá… y entre todos nos acompañamos”.

12.- Por enseñar a comprender la racionalidad de ciertas prácticas afectivas en medio de una comunidad cerrada de individuos.

13.- Por reflejar sin melosería la amabilidad del personaje con mayor poder dentro de ese sistema: “él es el jugador mayor, está jugando contra todos… y a veces como gana, pierde, hay gente que se le ha llevado un millón de pesos en una noche…”

14.- Por hacernos releer, sin quererlo, El baile de los solteros de Bourdieu.

15.- Por comprender, al modo de Bourdieu, que la idea de crisis es el verdadero motor de esta obra: algo está acabando, no se sabe bien qué habrá después, grupos de personas se distraen, nadie quiere afirmar a ciencia cierta qué está pasando.

16.- Por comprender, al modo de Bourdieu, que el suyo es un intento mayor de “descripción total, algo desordenada, de un mundo social que conozco sin conocerlo, como ocurre con todos los universos familiares”.

17.- Por casi parafrasear la declaración anterior de Bourdieu, cuando anotaba en el cuadernillo de la exhibición que “[el esferódromo] era siniestro, en principio, pero más bien tranquilo y decaído adentro. Nadie fumaba. Nadie bebía. Al entrar me sentí pasando hacia una extraña dimensión que activaba ese deseo de niño de conocer el mundo de los adultos, una realidad que al final no era tan oscura como aparentaba ser.”

18.- Por recordarnos en la segunda mitad del documental a “aquellos hombres [del libro de Bourdieu] que en el baile se situaban al margen, nunca bailaban y permanecían en atenta observación alrededor de la escena […] víctimas inadaptadas de una transformación sin parangón de una forma de sociedad …”

Guillermo Vanegas
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